El labio leporino es uno de los defectos congénitos más frecuentes. Consiste en una hendidura o separación en el labio superior, que dificulta el agarre del niño al pecho y puede suponer un obstáculo, aunque no un impedimento para la lactancia materna, como se puede ver en este vídeo.
El requisito básico para amamantar a estos recién nacidos es la confianza y una buena disposición de la madre. Las mejores posturas para dar el pecho son aquellas donde el bebé está erguido o semi erguido, de modo que el labio leporino quede orientado hacia la parte superior del pecho, como: la posición de dancer, la de cuna cruzada y la de balón de rugby. En ocasiones puede ser necesario que la madre se ayude con sus dedos, agarrando el pecho para tapar el defecto o presionando el labio o las mejillas del recién nacido para cerrar el defecto. Otra veces, el tejido del pecho materno durante el agarre consigue cerrar el defecto, permitiendo que el bebé realice un buen sello hermético y puede extraer la leche, como se ve en el vídeo.